martes, 9 de diciembre de 2014

LA ÉPOCA DORADA DEL SEVILLA

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que el Sevilla FC prácticamente no sabía qué era conseguir un título, ni a nivel nacional (una liga y tres copas), y mucho menos a nivel internacional. Décadas y décadas en las que los trofeos en el Sánchez Pizjuán brillaban por su ausencia. Pero hubo un momento en el que todo cambió. Esa realidad de la que todos los sevillistas estaban inevitablemente concienciados se tornó en una época de celebraciones, llantos de alegría, éxtasis, euforia, pundonor; en definitiva, momentos increíbles para todo aficionado de bien (en especial para los sevillistas) que pasarán a la historia. Un periodo ilusionante que aupó al Sevilla a un puesto de prestigio, consiguiendo un gran reconocimiento a nivel mundial. Pero, ¿cómo empieza todo esto, cuál es el germen de esta época gloriosa?

Todo comenzó en la Liga 2004/05. El Sevilla FC era un equipo muy competitivo, que mezclaba grandes figuras con la de jugadores jóvenes y prometedores. Entre ellos, podemos encontrar a un joven llamado Sergio Ramos y a un chaval de Los Palacios cuyo nombre era Jesús Navas. En efecto, las carreras de estos dos fantásticos futbolistas comenzaron aquí, contribuyendo, con sus esfuerzos y el de los demás compañeros, a llevar al Sevilla a una meritoria sexta plaza. Destacar, de ese año, al gran Julio Baptista, “killer” absoluto e ídolo del sevillismo por entonces que acabó la temporada con 18 goles en su cuenta particular.




El Sevilla, como bien he comentado, se clasificó a la UEFA, torneo europeo del cual se tenía muchas ganas de hacer algo grande. Y así fue. Obviamente, no voy a hablaros de todas las eliminatorias, pero si me gustaría centrarme en las semifinales de este campeonato.

27 de abril de 2006. Sánchez Pizjuan. En plena prórroga del partido de vuelta de semifinales que enfrentaba al Sevilla FC y al Schalke 04, El chaval de Los Palacios recorrió la banda y centró con la derecha un balón que iba dirigido a la Zurda de diamantes, la zurda de Antonio Puerta, que golpeó ese balón con la fuerza y la ilusión de todo el sevillismo detrás; esa pelota que cogió una trayectoria imparable y acabó dentro de la red. Había sido gol. El gol de Puerta, el gol de todos los sevillistas. El gol que daba el pase a la final en Eindhoven.




El Philips Stadion albergó la final soñada por todos. Miles de sevillistas se desplazaron a Holanda para ver a su Sevilla coronarse como campeón de UEFA por primera vez en su historia. Un partido irrepetible, inmenso, extraordinario, único y eterno. Los Dani Alves, Luis Fabiano, Kanoute, Maresca, Navas y compañía amasacraron al conjunto inglés del Middlesbrough por 4-0. Un encuentro arrollador cuyo protagonista fue Vincenzo Maresca, que hizo un doblete, acompañado por Luis Fabiano y Kanouté como goleadores del partido. El Sevilla lo había hecho, por fin, después de tantos y tantos años, era CAMPEÓN DE LA UEFA.




La temporada 2006/07 comenzaba con la ilusión de seguir consiguiendo títulos. Y así fue, posiblemente, este año sea el más exitoso de su historia. Tres meses después de alzarse con el título de campeón, jugó la Supercopa de Europa con el entonces campeón de la Champions League, el Barcelona de Frank Rijkaard, un equipo que parecía imparable. Nada más lejos de la realidad.

Ese Sevilla tenía un color especial. El color de la victoria y el de la imbatibilidad. El conjunto entrenado por Juande Ramos siguió a lo suyo, y con el trabajo y el esfuerzo por bandera, alcanzó el éxito. Y así fue cómo arrolló también al vigente campeón de Champions. 3-0 marcaba el luminoso del Stade Louis II de Mónaco al finalizar el partido. El Barcelona claudicó ante los goles de Renato, Kanouté y Maresca, y el Sevilla se alzó con su segundo título continental en solo tres meses.




Durante esta temporada, la 2006/07, el Sevilla queda tercero en liga y gana la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, 1-0 al Getafe con un solitario gol de Kanouté en el 11’.


En la UEFA, competición en la que juega de nuevo el conjunto andaluz, vuelven a aparecer la épica y la gloria. En Octavos de Final del torneo, el Sevilla tenía un pie y medio fuera de la competición. En Ucrania, necesitaba un gol ante el Shakhtar Donestk si quería llegar a la prórroga. A la desesperada, Andrés Palop subió en un corner centrado por el actual jugador del Barça Dani Alves, rematando con un testarazo a la red, en el 93’. El portero del Sevilla había salvado a su equipo de una eliminación segura con un genial remate de cabeza que acabó en gol. Ya en la prórroga, Chevantón se encargó de dar el pase a cuartos a los sevillistas con un gol en el 105’.




Y es que la épica volvió a hacer acto de presencia. Si algo caracterizaba a ese mágico Sevilla, era su capacidad de trabajo, esfuerzo y sacrificio; jugadores llenos de ilusión y que, valga la redundancia, ilusionaban a toda la afición sevillista por su gran juego sobre el césped, por su capacidad goleadora y porque, dicho en pocas palabras, era un auténtico EQUIPAZO, temible por muchos de los más grandes.



El Sevilla fue pasando de eliminatorias y llegó a su segunda final de la UEFA de manera consecutiva. Su rival fue un conocido de la Liga, el Espanyol, equipo que también estaba realizando una campaña fabulosa.

Tras un partido vibrante y muy disputado en el Hampden Park de Glasgow, con el marcador de 1-1 se llegó a la prórroga. El fenómeno Frédéric Kanouté adelantó a los sevillistas en el 105’ pero Jonatas reseteó el partido con un fantástico gol en el 115’. Un partido abocado inexorablemente a los penaltis. 


Volvió la figura de Andrés Palop. Aquel que meses atrás había salvado a todo el sevillismo con un antológico remate de cabeza en el 93’, paró tres de los cuatro penaltis, erigiéndose como héroe de la final y alzando al Sevilla a lo más alto del trono de la UEFA. El Sevilla se convirtió, por segunda vez en su historia, en campeón de la UEFA, y por segunda vez consecutiva.




Fruto de estos éxitos, el Sevilla fue proclamado como el Mejor Equipo del Mundo, mención de la que disfrutarían durante los años 2006 y 2007.


La temporada 2007/08 se abrió con la victoria y la consecución de la Supercopa de España ante el Real Madrid, con victorias tanto en la ida como en la vuelta; 1-0 en el Sánchez Pizjuán y un inolvidable 3-5 en el templo blanco con hattrick de Kanouté incluido.




Esta temporada quedará grabada por todo el sevillismo, y desgraciadamente no por méritos deportivos. En pleno agosto, el balón rodaba por el Sánchez Pizjuán cuando el lateral Antonio Puerta, uno de los héroes de la primera UEFA, se desmaya en medio del partido. Aunque consiguiera levantarse y salir por su propio pie, el joven sevillano sufrió varias paradas cardiorrespiratorias en el vestuario. Días después, el 28 de agosto de 2007, Antonio Puerta nos dejaba para siempre. En nuestra memoria perdurará sus grandes momentos, y en especial, ese gol contra el Schalke en semifinales.


Fue una época de cambios. El entrenador de los grandes trofeos, Juande Ramos, dejó el club, siendo sustituido por un hombre de la casa, Manolo Jiménez, el cual llevó al Sevilla a la quinta posición en Liga y a una cruel derrota en Octavos de Final de Champions ante el Fenerbahce por penaltis, tras una impoluta fase de grupos.


En la temporada 2008/09, aunque no se consigue ningún título, el Sevilla sigue siendo un equipo muy compacto y ordenado, realizando una gran campaña y acabando la Liga en una meritoria tercera plaza. Jugadores como Poulsen, Keita o Dani Alves dejaron la entidad andaluza este año; comenzaba el principio del fin de la época más exitosa en la historia del Sevilla.

La temporada 2009/10 siguió un guion parecido. De la mano de Antonio Álvarez, el Sevilla se confirma como el tercer equipo en discordia, solo por detrás del Real Madrid y el Barcelona. “Bronce” en Liga y campeón de la Copa del Rey tras un 2-0 en el Camp Nou contra el Atlético de Madrid, goles de Diego Capel y Jesús Navas.


Este título marcó el final de un equipo único e inolvidable. Pero tranquilos, queridos lectores, el Sevilla no acabó aquí, sigue dando guerra, mucha guerra.

A raíz de estos triunfos, el Sevilla se hizo con un nombre tanto en España como en Europa, mención que aún sigue perdurando en la actualidad. De la mano de un gran director deportivo (como lo es Monchi), nuevos jugadores aterrizaron en la capital andaluza, y pocos años después se alzaron, por tercera vez en su historia, con otro título de la UEFA (ahora Europa League). 8 años después, se repitió final de encuentro pero con distinto protagonista; Beto se erigió como el héroe tras sus grandes intervenciones en la tanda de penaltis ante el Benfica, llevando al Sevilla a lo más alto de Europa de nuevo, un Sevilla cuyo principal eje residía en jugadores de la talla de Rakitic o Bacca y que volvió a apelar a la épica, tal y como acostumbra a cada año. Esta vez fue en Mestalla, en la vuelta de las semifinales de la Europa League, con un tanto de M’bia en el último suspiro.



Llegan nuevos jugadores, nuevos planteamientos, nuevos esquemas y nuevas ilusiones. Una época única marca el camino del éxito, un camino que pasa por el trabajo, el sacrificio, el buen hacer en el campo y sobre todo por la ilusión por conseguir más y más títulos. Sí, esa filosofía que llevó al Sevilla a la cima de Europa, conformando la llamada ÉPOCA DORADA DEL SEVILLISMO.


HIMNO DEL ARREBATO CON MOTIVO DEL CENTENARIO DEL SEVILLA


Cuentan las lenguas antiguas 
que un 14 de octubre nació una ilusión 
su madre fue Sevilla, y le prestó su nombre 
y para defenderlo le dio a una afición… 

Ejemplo de sevillanía 
familia roja y blanca del Sánchez Pizjuán 
mi corazón que late gritando ¡Sevilla!, 
llevándolo en volandas por siempre a ganar… 

Y es por eso que hoy vengo a verte, 
sevillista seré hasta la muerte, 
la Giralda presume orgullosa 
de ver al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. 

Y Sevilla, Sevilla, Sevilla, 
aquí estamos contigo, Sevilla, 
compartiendo la gloria en tu escudo, 
orgullo del fútbol de nuestra ciudad… 

Dicen que nunca se rinde 
y el arte de su fútbol no tiene rival 
más de cien años lleva mi equipo luchando 
y abanderando el nombre de nuestra ciudad… 

Ejemplo de sevillanía, 
familia roja y blanca del Sánchez Pizjuán 
mi corazón que late gritando ¡Sevilla! 
llevándolo en volandas por siempre a ganar… 

Y es por eso que hoy vengo a verte, 
sevillista seré hasta la muerte, 
la Giralda presume orgullosa 
de ver al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. 

Y Sevilla, Sevilla, Sevilla, 
aquí estamos contigo, Sevilla, 
compartiendo la gloria en tu escudo, 
orgullo del fútbol de nuestra ciudad.












1 comentario:

  1. Muy buen reportaje. Podrías actualizarlo con títulos posteriores si lo crees oportuno. Un saludo.

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