AL RITMO DE CRISTIANO

REAL MADRID 3 - 0 CELTA DE VIGO

El portugués dio un nuevo recital en el templo blanco. Otro hattrick; 23 ya, el máximo histórico en nuestra liga. Otro balón para su museo particular. Y 200 goles en Liga, en 178 partidos. No existen calificativos para definir a esta insaciable máquina humana, Pueden ir 5-0 en el minuto 89' que Ronaldo quiere más y más; máxima entrega, esfuerzo, sacrificio y trabajo que dan sus frutos sobre el campo, todo un ídolo de masas, un jugador total, el mejor del mundo en estos momentos, sin ninguna duda.

Y es que el Real Madrid empató las 18 victorias de aquel Barça de Rijkaard en un partido bastante trabado, con un Celta muy bien colocado en el campo pero sin remate a puerta. No fue uno de esos grandes partidos de los merengues, que echaron en falta al croata Luka Modric y al malagueño Isco, pero no hizo falta la presencia de estos cracks para apuntarse una victoria más en el casillero.

Con Cristiano, la película nos basta y nos sobra. El portugués fingió un penalti y Undiano picó decretando la pena máxima. Ronaldo abrió la lata en el 36' haciendo el primero, a pesar de las quejas de los gallegos.

La segunda parte siguió el mismo guion, pero con un nuevo contratiempo para Ancelotti: la lesión de James, que obligó a realizar cambios inesperados. Es por ello que el partido acabó sorprendentemente con Carvajal y Marcelo como extremos. Resultó muy anecdótico ver hasta 4 laterales blancos (sin contar a Bale que en sus inicios también fue lateral) sobre el terreno de juego.

Destacar el buen partido de los centrales madridistas, que taparon las buenas internadas en el área que intentaban hacer los Nolito, Orellana y Larrivey. No obstante, no tuvieron su mejor encuentro.

El casillero de goles del astro portugués se quedó en 23 goles, y en solo 13 partidos. Hizo el segundo cazando un balón en el área (64') y el tercero a bote pronto tras pase de Marcelo (81').

Con esta victoria, el Real Madrid se aúpa a lo más alto de la tabla. Por su parte, el Celta continúa inmerso en una pequeña mala racha, relegado a la octava plaza.