miércoles, 3 de diciembre de 2014

"ESPARTACO" REYES

Cordobés de nacimiento y jugador de baloncesto como profesión. Felipe Reyes es uno de esos jugadores en inminente peligro de extinción, no solo en el mundo baloncestístico, sino también en el deporte en general; uno de esos tíos cuyos huevos no caben en una cancha. Siendo ala-pívot, no importa que sea de menor estatura que los demás, “Espartaco” las coge todas, como si hubiera un imán en la pelota y él tuviera otro en la mano; lo lucha, lo caza, provoca falta, encesta y 2+1; y así, sin más. A sus 34 años de edad,  y con muchos kilómetros recorridos en sus piernas, se puede decir que ha sido, es y será, uno de los jugadores más imprescindibles que ha dado España al baloncesto en la historia.


Con una familia ligada a este deporte, la andadura baloncestística del andaluz comenzó muy pronto. Ya con 19 años militaba en el Estudiantes de Liga EBA en 1998, proclamándose un año después campeón del mundo Junior contra EEUU (87-94) junto a los tales Navarro, Gasol, Raúl López…¿Les suena? Esa famosa Generación de Oro que unos cuantos años después nos ha dado miles de alegrías, y de la que, no dudo, hablaré en otra entrada de este blog. 




La trayectoria de Felipe no hacía nada más que comenzar; se asentó en el Estudiantes, club en el que estuvo hasta 2004 y en el que fue en una progresión ascendente: su media de 6 puntos y 4,2 rebotes por partido se vio superada año tras año hasta llegar a unos números escandalosos en la temporada 2003/04: 15 puntos por partido y 9 rebotes, siendo una pieza fundamental en el esquema del entonces entrenador Pepu Hernández. No obstante, en este club solo pudo ganar una Copa del Rey en la temporada 2000.


Siendo un fijo en las convocatorias de la selección desde pequeño, el andaluz, tras su etapa en el Estudiantes, decidió dar un paso de gigante en su carrera; en agosto de 2004 se hacía oficial el acuerdo alcanzado con el Real Madrid: Felipe Reyes iba a vestir la elástica blanca.


Con 24 años, llegaba con la etiqueta de que debía ser el referente en el juego blanco, y bien que lo ha sido (y lo es): 10 temporadas lleva ya en el club; capitán, santo y seña del conjunto merengue, es, sin duda, la esencia y el alma del Real Madrid, el jugador que siempre ha estado y está ahí, y que a sus 34 años de edad es hasta capaz de convertirse en el MVP del mes pasado en la Liga Endesa, y sin despeinarse.



3 Ligas ACB (2005, 07, 13), 1 Copa ULEB (2007), 2 Copas del Rey (2012, 14)  y 3 supercopas de Europa (2012, 13, 14) avalan el currículum de Felipe Reyes en el conjunto blanco y una espina clavada, la de la Euroliga, competición que se le resiste al cordobés y que, junto a su club, intentará llegar hasta la cima este año tras haberse quedado con la miel en los labios más de una vez. Sin duda, ganar la Euroliga sería la consecución de una trayectoria fantástica.



Memorables son sus números en el Real Madrid. Podemos destacar en su trayectoria las temporadas que concurren entre 2006 y 2009, cuyos datos alcanzan un punto álgido en cuanto a valoración; a ojo, unos 14 puntos por partido y 8 rebotes promedió “Espartaco” durante estas tres temporadas, cifras que fueron disminuyendo levemente pero que en la actualidad se encuentran estabilizadas en unos 9 puntos por partido y 5 rebotes de media. Estos números sirvieron a Felipe Reyes para alzarse con el MVP de la Liga en 2007 y 2013.



Su trayectoria a nivel de club ha sido admirable y fastuosa, y lo cierto es que a nivel de selección no se queda atrás. Es un fijo en todas las convocatorias y ha sido parte imprescindible en la mejor generación de baloncesto de nuestra historia. Entre otros, se ha colgado en el cuello el famoso oro mundial en Japón’06, los dos oros (Polonia’09 y Lituania’11) y dos platas (Suecia’03 y España’07) en Eurobasket y los dos subcampeonatos en los JJOO de Pekín y Londres (2008 y 2012 respectivamente) tras dos vibrantes partidos contra la todopoderosa EEUU, inolvidables para todo aficionado español por el gran juego desplegado por nuestra selección.




16 años después, Felipe Reyes debería sentirse orgulloso al echar la vista atrás y ver todo lo que le ha dado al baloncesto español. Una persona querida y respetada que, con sus actuaciones, se ha ganado el corazón de cualquier aficionado de bien por su innegable capacidad de lucha, entrega y sacrificio en la cancha.



"GRACIAS FELIPE POR ENSEÑARNOS LO QUE ES EL BALONCESTO"






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